Es el más frecuente de todos los cánceres que pueden afectar a una persona y la causa principales la exposición excesiva al sol.
La radiación ultravioleta daña las células de modo permanente y acumulativo desde los primeros años de vida. Las quemaduras solares son especialmente riesgosas, ya que su efecto nocivo es mayor.
Otras causas menos frecuentes son la exposición repetida a rayos X, la presencia de cicatrices por quemaduras, la exposición laboral al carbón o alarsénico, y la inmunosupresión asociada a trasplantes.
Es de fácil detección para el dermatólogo y un tratamiento precoz permite la curación de prácticamente todos los casos.
No existe el bronceado saludable, este es siempre la respuesta de la piel al daño de la radiación ultravioleta.
La fotoprotección, la educación y el autocuidado son fundamentales para mejorar nuestra calidad de vida, y también para prevenir enfermedades, especialmente en los niños.
Tipos de Cáncer de Piel
Carcinoma basocelular:
Es el cáncer de piel más frecuente. Se desarrolla a partir de las células que se ubican en la base de la epidermis.
Se da principalmente en adultos mayores, en las áreas dela piel más expuestas al sol, como cara, cuero cabelludo, orejas, cuello y espalda. Es de lento crecimiento y pueden presentarse de variadas formas,como por ejemplo, nódulos color piel que crecen lentamente o que se ulceran y no cicatrizan.
Carcinoma espinocelular:
Es la segunda causa más frecuente de cáncer de piel y compromete las capas más superficiales de esta. Permanece con frecuencia confinado a la epidermis, pero si no es tratado a tiempo,puede penetrar a zonas más profundas e, incluso, ramificarse (metástasis)a tejidos y órganos lejanos. En etapas iniciales, puede presentarse como placas rojizas ásperas al tacto, las que persisten en el tiempo, se hacen cada vez más rugosas y pueden llegar a formar grandes masas.
Melanoma:
Es el cáncer de piel más peligroso por su desarrollo y las posibilidades de originar metástasis a distancia. Se desarrolla a partir de un crecimiento descontrolado de las células productoras de pigmento omelanocitos. Por lo tanto, la mayoría de los melanomas son de color negro o café oscuro. A veces, durante su crecimiento, pierden la capacidad de producir pigmento y las lesiones son de color piel, rojas o púrpuras. La enfermedad puede desarrollarse a partir de un lunar, pero también es posible que aparezca sin lesión previa y crezca rápidamente. Cuando se origina desde un lunar, este presenta cambios en su superficie o en su tamaño y puede causar dolor o prurito (picazón).
Signos para sospechar
- Manchas o placas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y que se vuelven cada vez más rugosas o escamosas. Se ven especialmente en la cara, dorso de manos, labio inferior y orejas.
- Aumento de volumen en la piel que forma un nódulo que crece sostenidamente en el tiempo.
- Una lesión cutánea ulcerada ubicada en la piel o en la mucosa, que no cicatriza a pesar de un buen tratamiento.
- Lesión cutánea sangrante, costrosa, que no presenta signos de traumatismo previo.
- Un lunar que cambia de coloración, con bordes que se vuelven irregulares,que es asimétrico y crece de un tamaño superior a 6 mm.
- Lunar que presenta prurito (picazón) y signos inflamatorios en la base sin antecedentes de traumatismo.
Lunares a evaluar
- Asimetría de la lesión pigmentada.
- Borde irregular.
- Color irregular. El pigmento no es uniforme y puede incluir diferentes tonos de café, negro o incluso rojo, azul o blanco.
- Diámetro mayor a 6 mm.
¿Cómo nos protegemos?
- Evitar la exposición solar entre las 11:00 y las 16:00 horas, especialmente cerca del mediodía.
- Utilizar estructuras que den sombra (quitasoles, techos).
- Usar ropa adecuada para protegerse, de trama gruesa, que refleje los rayos del sol y sombreros.
Los fotoprotectores o filtros solares deben utilizarse como complemento de las medidas físicas:
- Solo se aconseja usar los filtros con factor de protección mayor o igual a 30, de amplio espectro, es decir, contra UVA y UVB, incluso en días nublados.
- No es recomendable el uso de filtros solares en niños menores de seis meses.
- Aplicar el protector solar uniforme en todas las zonas expuestas no olvidar orejas, cuello, escote y manos.
- La aplicación de los filtros solares debe realizarse unos 20 minutos antes de exponerse al sol y repetirse cada vez que la persona se moje, seque, practique excesivo ejercicio físico, transpire profusamente o cada tres horas de exposición solar.
- El fotoprotector es resistente al agua no a la toalla, ya que por acción mecánica altera la protección buscada, sobre todo en los más pequeños, a los cuales las mamás secan luego de cada baño.